miércoles, 3 de junio de 2009


Ya no te quiero

La puerta se ha cerrado al compás de tus palabras. Chirrían las bisagras tanto como cada sílaba de tu “ya no te quiero” en sus oídos. Y a lo lejos alguien cantaba… -entretanto- como dijo desesperadamente Neruda. Y clavabas tu pupila en su pupila azul. ¿Esperando a qué? ¿Al último baile? ¿O un gesto de aprobación? Ay… crueldad intolerable. ¿Por qué buscas complicidad en algo que solo uno de los dos había decidido? Sigo con ella. Con su mano. Con esa mano que ayer te desvivías por no soltar y cuyas líneas trazan hoy un apartheid en vuestra historia. Sí, la misma del anillo caro. De la torta merecida de aquel día. Mírala. Acaba de cerrar los ojos para recordar los sorbos del invierno pasado, bebido con paciencia en el té de tus labios. Pero se despierta. Hace frío. Y por mucho que se intente, las mantas no abrigan tanto como un abrazo. El dolor en cambio, sí lo hace. Está escuchando Luis Miguel. La cosa es grave… Pero dejémosla soñar. Unas escaleras de caracol, un café a medias, una rosa sobre la almohada, un ascensor que nunca para, una canción que pide recordar, un baile para los dos y la luna, de relleno. Son las últimas líneas de una carta que nunca te llegará, porque cuando asumes que has perdido, te alejas, te pierdes. Desapareces. Y el cartero cortés, no llama dos veces.
La dejaste y todavía unos días después te escribe para decirte que lo acepta- elegancia, ante todo- acepta que te hayas ido, porque mañana volverá a viajar. Nacerá. Se sentará en la misma silla donde por primera vez la alborotaste con tu sonrisa, te hará sitio. Te esperará. Suspirarás sobre su nuca, cogerás su mano y le pedirás, sí, el último baile. La luna, en acción, reflejará tus pupilas, y sus labios conquistarán tu boca. Entonces, con vuestra última balada, en vuestra última noche, mientras el público aplaude, será ella quien te diga: “Ya no te quiero”.

5 comentarios:

  1. asignatura pendiente? o historia inconclusa sin ni siquiera principio? Mucha vida por delante, mucho tiempo que vivir, no puede haber ultimo baile si ni tan siquiera hubo primero, hay tiempo..no es tópico, ni típico, es axioma matemático, es experiencia de anciana..deja que fluya..no descartes, todo se ha de andar..."ya no te quiero" pero cuando el corazon lo diga, cuando lo sienta el alma propia, cuando lo ajeno no interfiera, no interese, ya no importe...se dará, y espero estar aqui para saberlo....

    ResponderEliminar
  2. un café a medias? un café no se comparte, o por lo menos yo, que soy adicta a la cafeína... jajaja

    ;)

    ResponderEliminar
  3. Evacase... siempre que media el despecho, la historia queda inconclusa. Como tú bien dices las cosas sólo acaban cuando lo siente el alma y muchas veces entre esta y las palabras hay grandes abismos.


    Paula... jajaja qué peligro tienes en los Starbucks!... ;) -aunque reconozco que yo en esta época también me la paso enganchada a la cafeína para sobrevivir-

    ResponderEliminar
  4. Gran error querer intrerpretar las cosas del alma por medio de palabras, el alma no se interpreta, no se traduce, no tiene lenguaje, el alma solo se siente, el alma solo se es y el que lo sabe lo entiende...despecho?? no existe el despecho en asuntos del alma, y en historias del alma inconclusas esta busca el fin tarde o temprano...

    ResponderEliminar
  5. En el alma cabe todo. Cabe el despecho, el dolor, la desilusión, la rabia.. eso la hace tan compleja y tan difícil a la vez. Si el alma fuese solo pureza, ¿quién tendría alma?
    Hay veces que las historias quedan inconclusas, y esa es precisamente una manera de terminarlas. Del mismo modo que alguien que decide dejar de escribir su propia vida, el hecho de dejarla implica ya un modo de escribirla.

    ResponderEliminar