Tú crees en las palabras.
En las casualidades. Los juegos. Las mariposas.
Y las montañas de nata.
Yo creo en el viento.
En los agüeros. Los despertares. Los pingüinos.
Y las paradas sin freno.
Tú me miras y preguntas el porqué
en esas cosas tontas creo.
Te lo digo, me sonrojo, tonta tú,
y a la vez me carcajeo:
Palabras, palabras, palabras…
Para decírtelo todo, pequeñas,
No me sirven de nada.
No, no te creo.
ResponderEliminarPalabras, palabras, palabras.
Traidoras como tú,
con patas.
Cambian, mueren, nacen,
cuales soles y lunas y estrellas,
hieren, confunden, muerden,
cuales las bocas que las profieren.
Me cambiaste, me mataste
me abortaste, heriste, mordiste.
Roto el alma, muertas las palabras.
Mejor que llorar el velo blanco
y las flores en el altar.
Demos un paseo.
La verdad es una rosa
que en tu boca se deshoja.
Y en tus labios mudos,
mueran las congojas
con un dulce beso de sirena
de tu maldita Selena.
"Demos un paseo.
ResponderEliminarLa verdad es una rosa
que en tu boca se deshoja.
Y en tus labios mudos,
mueran las congojas
con un dulce beso de sirena
de tu maldita Selena."
Hasta el silencio en ti es adictivo, Selena.
Una rosa negra,